martes, 28 de septiembre de 2010

Las aventuras de YODUKO

En las lindas tierras santanderianas existe un lugar que aún se conserva aislado de la civilización, pues no hay telecomunicaciones ni mucho menos carros, llamado caserío Carcasí. Allí vive Yoduko junto a sus padres en una casa de barro.

Un día normal de Yoduko tiene la siguiente rutina, se levanta a las 5:30am para alistarse  e ir caminando y llegar puntual a la escuela y, regresa a eso de las 4pm. Luego de hacer sus tareas y dependiendo del clima la mamá le permite jugar donde ella lo pueda observar aunque a veces él se escape y cuando no lo dejan salir se encierra en el cuarto a jugar con Tarcil.

El niño desde que aprendió a leer siempre se ha interesado por informarse y dedica un rato en la noche a consultar libros medicinales y demás documentos que Florecita le da con la intención de encontrar algo que le ayude a mejorar su calidad de vida, pero hasta ese momento no habían encontrado nada.

Un fin de semana cualquiera estaba Florecita viendo un programa de televisión en donde estaban tratando los medicamentos y tratamientos para tratar el asma y en algunos casos era la cura. Enseguida que terminó el programa Florecita se dispuso a consultar en internet y encontró que era bastante probable que en las serranías de Carcasí se reprodujera una de las plantas medicinales llamada cobrizo e imprimió la información para compartírsela a Yoduko.

Una noche luego de haber leído esa información  y visto algunas imágenes de las hierbas, Yoduko decide preparar unas provisiones para explorar la montaña pronto.

 Un buen día cuando ya tenía todo listo,  al finalizar la jornada de clases le comparte su plan a Florecita, luego de escucharlo le sugirió que no lo hiciera porque era muy peligroso, era una locura.

Yoduko camino a casa recordaba todo lo que le había dicho la profesora, pero de pronto se le vino a la  mente los recuerdo de las burlas de sus compañeros. Por esto último tomó definitivamente la decisión que su búsqueda no tenía vuelta atrás.

Al día siguiente, Yoduko salió de la casa temprano como de costumbre pero no para ir a la escuela pues eso era lo que pensaba su madre sino para emprender su aventura. El no iba sólo pues su amigo fiel lo acompañaba. Al principio el ascenso fue fácil, hacia un brillante sol que les iluminaba, pero cuando estaban en medio de la selva comenzaron a toparse frecuentemente con serpientes, bichos, no había un camino bueno porque todo era maleza y les toco comenzar a abrirse camino, entonces y a no avanzaban tan rápido como antes.

Se hizo medio día  y Yoduko se comenzó a preocupar porque sentía que estaban apenas por la mitad del camino y no iba alcanzar a estar a tiempo en la casa, además estaba hambriento, cansado, rasguñado y picado por los bichos. Tarcil   al verlo cansado le dijo: “siéntate, descansa y aliméntate, mientras pregunto qué tan lejos estamos de la planta cobrizo”. Los árboles no habían escuchado ese nombre, las iguanas tampoco pero le aconsejaron que le preguntara a un pájaro y tal vez alguno le podría dar razón. Tarcil llamó a un pájaro que pasó en ese momento y pues éste le dijo: “están cerca pero deben tener cuidado con un león que habita esa zona”.

Cuando estaban llegando al lugar Tarcil divisó rápidamente el león y le pidió a Yoduko que se quedara escondido y le diera algo para neutralizar al león, Yoduko le alcanzó un lazo. Tarcil se le hizo fácil amarrar al león a un palo pues éste no lo podía, y logró coger varios cogollos de cobrizo.

Ya de regreso a casa no ocurrió gran novedad, pero si se le hicieron las 6pm cuando llegó a la casa donde su madre estaba en llanto y padre junto con los vecinos estaban buscándolo en los alrededores. La madre al verlo llegar se alegró, lo reviso con la vista de pies a cabeza y lo abrazó. Yoduko le preguntó: “¿Por qué lloras?  Ella le respondió: “Estaba muy preocupada por ti, pues no llegaste a las cuatro y comencé a preguntar si alguien te había visto, y cuando eso llegó a oídos de  la profesora vino y nos dijo lo que tú le confiaste. Ahora está tu padre junto con los vecino buscándote, hay que avisar que ya estás aquí y estas bien”.

Luego que todo se calmo los padres de Yoduko le echaron la culpa a Florecita por todo lo ocurrido.

Luego que pasó un buen tiempo en el que Yoduko se hizo el tratamiento con el cobrizo, él se curó y siguió una vida normal como cualquiera de sus compañeritos.


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